Los pasos a seguir por parte del profesor para crear una “Caza del Tesoro” los podemos resumir así:

  • Identificar una idea/concepto que queremos reforzar o introducir.
  • Buscar en la Web sitios que refuercen/introducen el concepto.
  • Elaborar cuestiones cuya respuesta el alumno encontrará en dichos sitios.
  • Elaborar una hoja de trabajo en formato html y ponerla en un servidor, en el disco duro de los Pcs del aula o bien entregarles una hoja impresa.

Dicha hoja la estructuraremos en 6 apartados.

1.- Introducción: donde se provee al alumno la información inicial de la actividad, en ella describiremos la tarea y las instrucciones para llevarla a cabo. Hemos de procurar motivarlo y despertar su interés mostrándola atractiva y divertida.

2.- Preguntas: Haremos un listado numerado de preguntas a contestar. Según la edad de nuestros alumnos pueden ser:

a) Preguntas directas en el caso de alumnos mas pequeños. Para formularlas, deberíamos copiar y pegar las frases exactas que contienen la información relevante que queremos que encuentren (una de cada página web de la lista de recursos) y luego transformarlas en preguntas directas.

b) Preguntas que impliquen actividades mas complejas para alumnos más mayores. Formularemos preguntas que impliquen actividades más complejas, relacionadas con la lectura comprensiva, la inferencia, la reunión y organización de información, la comparación, etc. Si planteamos pequeñas actividades, deben poderse realizar con cierta rapidez: leer un mapa, efectuar un cálculo, averiguar el resultado de una pequeña simulación, etc.

3.- Recursos: consisten en una lista de sitios Web que el profesor ha localizado para ayudar al estudiante a responder a las preguntas o realizar las actividades. Estos son seleccionados previamente para que el estudiante pueda enfocar su atención en el tema en lugar de navegar a la deriva. Se pueden utilizar buscadores especializados o genéricos. También podemos utilizar o adaptar una ?caza del tesoro? de las que existen en Internet elaboradas y probadas por otros profesores.

4.- La gran pregunta: es recomendable su inclusión con alumnos mas mayores. Se trata de incluir una pregunta final, global, cuya respuesta no se encuentre directamente en ninguna página de la lista de recursos, sino que dependa de las respuestas a las preguntas anteriores y de lo aprendido buscando las respuestas. Idealmente, debería coincidir con un objetivo curricular y puede incluir aspectos valorativos y de opinión personal sobre el tema buscado. Aquí podríamos trabajar normas, actitudes y valores pidiendo que los alumnos reflexionaran sobre las implicaciones personales, sociales, políticas, etc. del tema de la caza (si se presta a ello).

5.- Evaluación: Se trata de hacer una descripción clara de qué y cómo se evaluará lo aprendido. La manera más sencilla de evaluar una caza es en función del producto: es decir, de la cantidad y calidad de los aciertos de los estudiantes. Sin embargo, es interesante establecer algunos indicadores de la calidad del proceso: grado de elaboración de las estrategias de búsqueda, originalidad, trabajo en equipo, manejo de la tecnología, etc. Una práctica recomendable es corregir la caza entre todos y dar oportunidad de que aquellos alumnos que no han encontrado las respuestas o las han elaborado poco, la rehagan con la colaboración del profesor.

6.- Créditos: se trata de hacer un listado de fuentes de las que hagas uso en tu “caza” ya sean imágenes, texto o sonido, proporcionando enlaces a la fuente original.

Algunos consejos útiles para diseñar cazas del tesoro:

  • Identificar claramente el tema y el área de la caza (esto ayudará posteriormente, sobre todo si la publicamos y la compartimos con otros docentes por Internet).
  • Se debe procurar que las preguntas provoquen el pensamiento y la reflexión. Los estudiantes no deben limitarse a ?copiar y pegar?, deben pensar para responder.
  • Menos es más. Nunca deberíamos incluir más de diez vínculos. Con niños pequeños, lo ideal es uno o dos.
  • Se debe fijar un límite de tiempo para la caza del tesoro y monitorizar qué hacen los estudiantes: si se atascan con el navegador, si se distraen, si terminan muy rápidamente y sus respuestas iniciales son superficiales, si han entendido la tarea, etc.
  • Se debe planificar cómo compartirán la información los alumnos; una hoja de trabajo a mano o algún otro tipo de producto (una presentación, un texto electrónico, etc.).
  • Finalmente, se debe comprobar si hay vínculos muertos: la web es muy volátil y lo que un día está, al siguiente ha cambiado.

    Referencias: Aula Tecnológica Siglo XXI (http://www.aula21.net/)

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